Como Técnico Superior de Prevención de Riesgos Laborales, estoy muy sensibilizada con el concepto de “PREVENCIÓN” y, fundamentalmente, en la responsabilidad personal de cada uno de nosotros por velar por nuestra salud física y mental.
La enfermedad de Alzheimer, según estudios científicos, se inicia casi dos décadas antes de que se empiecen a manifestar los primeros síntomas.
Como familiares de enfermos de Alzheimer, esto nos plantea la necesidad de buscar herramientas que puedan impedir o retrasar la posible aparición de la enfermedad.
Cierto es que la ciencia sigue investigando las causas directas que la producen, pero todos debemos poner de nuestra parte conseguir una buena higiene mental, no sólo para prevenir esta enfermedad sino para afrontar los retos que ella supone en nuestro entorno más próximo como familiares y/o cuidadores.
Si las terapias no farmacológicas de estimulación cognitiva, y otras terapias novedosas que se utilizan con los enfermos en nuestros Centros pretenden enlentecer al máximo el deterioro físico y mental que la enfermedad ocasiona, ¿por qué no plantearnos familiarizarnos con alguna de ellas?
Por ejemplo, se me ocurre plantearos la práctica de métodos de respiración consciente, de relajación, de conciencia plena, “mindfulness”, etc., como queramos llamarlo.
Está más que demostrado que relajarse y respirar unas veces al día de forma intencionada tiene resultados muy positivos para el control del estrés y la regulación emocional. También nos ayuda a lidiar con los conflictos y relacionarnos de una manera más relajada con las personas que nos rodean. Ya sabemos que cuidar a una persona con demencia es muy estresante y que los cuidadores muestran unos mayores niveles de depresión y ansiedad.
Afortunadamente, la neurociencia está demostrando que la plasticidad del cerebro puede ayudarnos a conseguir dirigir nuestros pensamientos a lugares de serenidad, aunque ello requiere entrenamiento.
Teniendo en cuenta la situación actual por la Covid19, y las restricciones de movilidad de los cuidadores antes, durante y después de la pandemia, la tecnología puede resultar un gran aliado para leer y practicar sobre este tema. Tecleando la palabra mindfulness, internet te abre un universo de información que puede ser útil.
Hay magníficos profesionales que escriben sobre el tema. Como ejemplo, os indico dos enlaces de interés:
TNF’s en el estado de la cuestión
Nuevas terapias mindfulness y alzhéimer
Beatriz Yolanda Lidón Álvarez Secretaria de FEVAFA (Federació Valenciana d’Associacions de Familiars de Persones amb Alzheimer) y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Familiares de Personas con Alzheimer de Valencia.